Primeramente habrá que definir qué es lo que
se entiende con uno y con otro término para poder establecer una relación entre
ambos.
El estructuralismo puede definirse como el
esquema conceptual estructuralmente ordenado que Levi Strauss encuentra detrás
del comportamiento social real que permite pensar los fenómenos sociales como
las expresiones particulares de funciones generales y constantes. Es, pues, una
ordenación lógica del comportamiento social conforme a un esquema conceptual o
modelo que le indica a los actores como son o deberían ser las cosas. Así, lo
que preocupa a Levi Strauss son las estructuras lógicas que se encuentran, no
en los hechos empíricos, sino tras los hechos empíricos como una suerte de
elementos metafísicos a priori al actuar relativo del hombre contextual.
Por otra parte, el escepticismo hace alusión
a la actitud filosófica en la que se genera una abstención del juicio ante la
imposibilidad o problemática que sucede al caer en relativismos diversos, como
ya se ha visto antes; trátese de psicologismos, antropologismos o
historicismos, y que por tanto resulta difícil tener un presupuesto epistémico
a partir del cual sustentar una teoría. En el caso concreto, la de una posible
validación de la antropología filosófica
como ciencia en tanto que la naturaleza de sus campos de pretensión
gnoseológica resultan antitéticos.
Puesto ya de ésta manera el estructuralismo
es, pues, otra pretensión por superar
los relativismos que ya se han mencionado. A decir verdad encuentro en dicha
pretensión por parte de Levi strauss la posibilidad encarnada de una filosofía
antropológica completamente valida. En tanto que conjuga el binomio de la
búsqueda de una estructura persistente como objeto esencial del investigador,
sólo a partir del conjunto de
narraciones particulares relacionadas
(y nótese el imperativo que quiero resaltar) que configuraran los principios
generales que se aplican a todas las formas del discurso humano.
Independientemente de mi intento por validar
la tesis propuesta por Strauss, es para Edmund Leach y para los antropólogos
británicos un problema e incluso una completa contradicción el que el autor
intente conciliar a la sociedad como un ser activo y creador, es decir como un
individuo; y a su vez afirme que ese individuo puro, carece de existencia por
separado.